Las materias primas naturales deben valorarse y respetarse

Fue durante un viaje de vacaciones a Egipto cuando descubrí, a los 17 años, que quería formar parte del mundo de la perfumería. Visité una fábrica que destilaba aceites esenciales de las rosas, una materia prima de la que me enamoré. Este descubrimiento me llevó a finalizar mi licenciatura en Química y un Máster en ISIPCA. Al terminar mis estudios, trabajé como aprendiz en Grasse, una casa de fragancias reconocida por especializarse en ingredientes naturales. Bajo la tutela de un perfumista sénior, descubrí la importancia de las materias primas naturales en la creación de fragancias y la necesidad de conservarlas y protegerlas, ya que podrían desaparecer de la noche a la mañana.

Mis compañeros de profesión me describen como ‘metódicamente creativa’, algo que creo que es bueno siempre que el resultado sea delicado y sutil y acabe triunfando. Abordar un proyecto con rigor académico, siendo al mismo tiempo una poeta de corazón, me ha ayudado especialmente en proyectos de cuidado corporal. Eso no me impide trabajar con pasión en los briefs de perfumería fina. Los acordes que creo para proyectos de perfumería fina a menudo sirven de inspiración para fragancias de cuidado personal y viceversa. Hace poco descubrí, por ejemplo, que los acordes gourmand, tradicionalmente empleados en productos de cuidado personal, muestran su carácter e impacto en las fragancias de perfumería fina. La categoría no importa, siempre que haya inspiración.