Creo que podemos duplicar el crecimiento orgánico cada seis años

Competir en perfumería es como disputar un partido de un Grand Slam de tenis.  Tienes que darlo todo y ganar el único punto que importa: el último.  Cada vez que un cliente confirma una nueva idea, siento que hemos ganado los cinco sets, pero no lo celebramos hasta que el producto que contiene nuestra fragancia está en las estanterías.

Desde que me uní a Eurofragance, mi mantra ha sido “el límite es el cielo”. A día de hoy siento que podemos duplicar nuestro crecimiento orgánico cada seis años, dos veces más rápido que la media del sector. Puede sonar ambicioso, pero tenemos experiencia, creatividad y un entusiasmo nato con el que lo conseguiremos.